(...) Lleva colgado al cuello un rosario de cuentas azules.
- ¿Son de lapislázuli, las pepitas? --- le pregunto.
- No son pepitas, son los misterios del rosario. Estos cinco son los misterios gozosos, y estos otros cinco, los gloriosos.

25 metros de cabuya anudada
Quise hacer un rosario que tuviera los ave marías necesarios para "redimir a las putas de sus pecados".
Para esto, anudé, uno a uno, una serie de puntos que se extienden de inicio a fin sobre 25 metros de cabuya roja. No oré en ningún misterio porque no hizo falta, pero por el contrario, si quise arrodillarme ante ellas, diosas, que de paciencia y entrega han tenido que aprender tanto.







